Marihuana y su uso medicinal

Publicado en por Emma Rodriguez




A partir de 1948 la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a la marihuana una droga peligrosa desde todo punto de vista: físico, mental o social. Sin embargo, el debate sobre su legalización continúa abierto, debido a algunas investigaciones que indican sus posibles cualidades terapéuticas que contradicen la opinión negativa sobre ella.

La polémica que genera es muy intensa, debido a que incluye factores económicos, sociales, políticos, de salud y hasta religiosos;pero, el cáñamo índico o marihuana (Cannabis sativa) es una planta conocida desde antaño, tanto así que hace siglos, en África y Asia, era utilizada con fines terapéuticos, además de que sus fibras servían para fabricar cuerdas, ropa, calzado y papel.

 

Un poco de historia


Yendo más lejos, es posible afirmar que la relación de la humanidad con este vegetal es más estrecha de lo que pensamos, además de que está llena de datos curiosos, como los siguientes:

  • El registro más antiguo que se conoce de la marihuana se encuentra en un manuscrito chino que data de hace 8.000 años.
  • Llegó a Europa en el año 1500 antes de nuestra era, y 10 siglos después fue citada al principio de un texto sobre plantas medicinales por el filósofo persa Zoroastro.
  • En el 800 de nuestra era, Mahoma permitió el uso de esta planta, a la vez que prohibió el alcohol.
  • Los españoles la introdujeron en América en 1545, concretamente en Chile.
  • La declaración de independencia de Estados Unidos (1776) fue redactada en papel elaborado con Cannabis sativa. Sus redactores eran, en su mayoría, consumidores de esta planta.

Aunque existieron cientos de documentos favorables sobre el uso medicinal de la marihuana entre la comunidad médica occidental, como los trabajos del doctor escocés W. B. O'Shaunghnessy (1841) o del francés Jacques-Joseph Moreau (1845), a principios del siglo XX se inició la descalificación de la planta por atribuírsele efectos adversos.


Ello inició en 1923, cuando se reportó baja productividad de los mineros sudafricanos que utilizaban el cáñamo índico, en tanto que al año siguiente, durante la Segunda Conferencia Internacional del Opio, se clasificó a este vegetal como narcótico, cuyo consumo tendría que regularse.

 

Finalmente, Inglaterra prohibió su uso en 1928 al considerarlo "planta peligrosa"; la misma resolución adoptó Estados Unidos en 1937 e, igualmente, la OMS y sus naciones miembro en 1948.


Efectos en el organismo


 

El principio activo de la marihuana es el tetrahidrocannabinol (THC); la concentración de dicha sustancia depende directamente de la parte de la planta, siendo más frecuente en flores y hojas, menor en tallos y casi inexistente en raíces y semillas.

Las primeras son las más empleadas por sus consumidores, previamente secadas y picadas finamente para elaborar cigarrillos que a la postre serán fumados.


Se sabe que el TCH estimula los llamados "circuitos de recompensa" o sistemas neuronales que provocan sensaciones de placer.


 

Produce un estado de ensoñación en el cual las ideas parecen inconexas e incontrolables, desencadena pérdida parcial de la sensación de tiempo y las percepciones espaciales pueden distorsionarse y exaltarse, a la vez que las imágenes son más brillantes y los colores más acentuados; también puede aumentar el apetito.


Asimismo, muchos de sus consumidores describen estados de relajamiento, tranquilidad, disminución de la ansiedad, desinhibición y ligero aumento de la libido; también se estima que la sensación de exaltación y gozo interior.

 

 

Usos terapéuticos


Presenta resultados positivos en cuanto a usos terapéuticos, como ocurrió a principios de 1997: un artículo aparecido en la prestigiosa publicación New England Journal of Medicine expuso una serie de virtudes medicinales difundidas de manera popular.


De acuerdo con la revista, fumar marihuana puede aliviar los síntomas de muchas enfermedades, como cáncer y sida, y apoya sus afirmaciones en los resultados obtenidos a través de más de 75 estudios publicados desde 1975.


Aunque se reconoce que todavía faltan investigaciones contundentes que avalen una u otra postura, el editor de la publicación, Jerome Kassirer, comentó: "Creo que una política federal que prohíbe a los médicos aliviar el sufrimiento de sus pacientes más graves prescribiendo marihuana es engañosa, dura e inhumana".


Algunos de los padecimientos en que este vegetal puede ayudar, según la publicación, son:

 

-Anorexia: El cannabis estimula el apetito (sensación que todos los consumidores han experimentado muchas veces), además de proporcionar bienestar general. Ayuda a que los enfermos vuelvan a comer.

 

-Artritis: Es la inflamación y gradual degeneración del cartílago y los huesos de las articulaciones. El tratamiento convencional se basa en opiáceos para calmar el dolor y productos antiinflamatorios para mejorar el movimiento de las articulaciones. El cannabis ayuda a disminuir o eliminar el dolor y a ganar movilidad, y no tiene los efectos secundarios y de dependencia como los opiáceos y fármacos.

 

-Ansiedad (y trastornos del sueño): El cannabis ayuda a reducir la tensión en los estados de ansiedad y favorece la relajación de todo el organismo. De todos modos, el cáñamo incrementa el ritmo cardíaco, por lo que los pacientes que sufran de taquicardias u otros problemas cardiovasculares deben tomarlo con mucha precaución y siempre tras consultar con un médico.


-Asma: El asma provoca la inflamación de los bronquios y la obstrucción de las vías respiratorias por las mucosidades que éstos provocan. Los enfermos utilizan inhaladores con broncodilatadores, cuyos efectos secundarios incluyen inquietud, insomnio, temblor muscular, nauseas y vómitos. En los casos más graves se incluye cortisona en el tratamiento, con efectos como depresión, insomnio, aumento de peso corporal… El cannabis es un broncodilatador natural que ayuda a que los pulmones respiren. Los enfermos de asma no suelen tolerar bien el humo, por lo que se desaconseja que ingieran cannabis por vía pulmonar. La vía oral no entraña esos riesgos, pero resulta muy lenta de ante un ataque repentino. Los vaporizadores podrían ser una buena solución (o en su defecto inhalar humo, sin fumar, en los momentos de crisis). Los enfermos de asma verán mejorada significativamente su calidad de vida el día que se disponga en el mercado de vaporizadores de THC.

-Alzheimer:
Una investigación, llevada a cabo con un derivado sintético, el dronabinol, con sujetos enfermos de Alzheimer que rehusaban comer reveló datos sorprendentes. El peso corporal de los sujetos que participaron en el estudio se incrementó y disminuyó la severidad de los trastornos de conducta. Los efectos secundarios incluyeron euforia, somnolencia y cansancio. Está por estudiar el papel del cannabis como neurogenerador en el caso de enfermedades que provocan la degeneración de las neuronas, como el Alzheimer. Uno de los componentes del cannabis podría tener la posibilidad de regenerar las neuronas (únicas células del organismo que no se regeneran por sí solas). En la actualidad, no se conoce ninguna sustancia que cumpla tal función en los seres humanos.


-Depresión: Aunque hay una gran variedad de síntomas, estos trastornos psíquicos llevan a los pacientes a perder interés ante todo lo que le rodea o caer en una ansiedad que dificulta la vida normal, la concentración o la toma de decisiones. Los síntomas principales son pérdida de apetito e insomnio, dolor de espalda y de cabeza, indisposición estomacal, estreñimiento y fatiga crónica. Los tratamientos normales son los fármacos antidepresivos, que entre otros efectos secundarios, pueden producir aumento de peso, estreñimiento, dificultad urinaria, etc. Otro que se emplea mucho es el carbonato de litio, que ha sido descrito como “una camisa de fuerza emocional” y que la mayoría de los pacientes termina abandonando. Ya en 1845 el francés Jaques-Joseph Moreau de Tours proponía el uso del cánnabis para esta y otras enfermedades mentales crónicas. El cannabis calma la ansiedad y ayuda a que los enfermos piensen con claridad, se concentren y puedan disfrutar de la vida.

-Dermatitis atópica (Prurito):
Esta enfermedad de origen probablemente alérgico provoca una gran picazón (prurito) e inflama varias zonas de la piel (cara cuello, piernas, etc.). Rascarse puede provocar infecciones que deben ser combatidas con antibióticos. Las medicina emplea corticoides y pomadas. Los esteroides vienen bien, pero dado sus peligrosos efectos si se usa a largo plazo, se reserva para las crisis más agudas. El cannabis disminuye la picazón y el dolor disminuye. Su uso continuado ayuda a regenerar y a proteger la piel. El enfermo debería combinar entre su uso fumado o ingerido con el de algún ungüento que calme de manera local determinados momentos dolorosos.

-Dolores de espalda: El consumo de cannabis, así como las friegas con alcohol de cáñamo en las zonas más dolorosas alivia eficazmente los dolores de espalda (lumbares, cervicales, etc.), ya sean agudos o crónicos.


-Glaucoma. Esta enfermedad es motivo importante de ceguera, debido a que hay obstrucción en la circulación de los fluidos internos del ojo, generando gran presión y atrofia gradual. Se ha encontrado que la marihuana reduce la compresión intraocular, alivia el dolor y frena el proceso degenerativo.


-Cáncer. Alivia náuseas, vómitos y pérdida de apetito provocados por el tratamiento con quimioterapia.


-Sida. Por supuesto, no erradica al VIH, pero el cáñamo índico ayuda a superar síntomas de la enfermedad y efectos secundarios de la azidotimidina (AZT) y otras sustancias empleadas para controlar la multiplicación del virus.


-Dolor crónico. El cannabis ayuda a reducir dolores y molestias causadas por múltiples patologías; es tradicional macerar hojas de esta planta con alcohol y aplicar la solución en articulaciones cuando hay molestias, por ejemplo, ocasionadas por artritis.


-Epilepsia. Se ha observado que la marihuana previene ataques típicos del mal en algunos pacientes.


-Esclerosis múltiple. La marihuana reduce el dolor muscular y los espasmos producidos por esta enfermedad incurable del sistema nervioso central que afectan a cerebro y médula espinal. Asimismo, reduce las molestias que se producen al caminar, propias de este mal.

 

-Menstruación y dolores del parto: El cannabis se conoce desde antiguo por sus propiedades para los dolores musculares que provoca la menstruación. La reina Victoria de Inglaterra, allá por el siglo XIX, consumía cáñamo para combatir los dolores de sus reglas, siendo una de las usuarias más famosas que se conocen en la Historia. Además ayuda con las nauseas que se sienten durante el embarazo (que en algunos casos extremos pueden llegar a ser un problema muy serio) y con los dolores del parto, dado su carácter analgésico y relajante.


-Migraña: Alteración nerviosa repentina que provoca fuertes dolores de cabeza y alteraciones en el sentido de la vista que pueden provocar alucinaciones. Tradicionalmente, se utilizaban opiáceos para el tratamiento de estas dolencias, con el problema de la incapacidad para hacer una vida normal, algo que sí se tiene con dosis medicinales de marihuana. El cannabis funciona aliviando la enfermedad al estimular la producción de serotonina, que detiene el proceso nervioso que desencadena la migraña. Los pacientes suelen fumarla para dejar de consumir en cuanto notan que el dolor desaparece. Algunos autores sostienen que para combatir la migraña las hojas funcionan mejor que las flores o los cogollos. Los medicamentos químicos más modernos siguen las líneas de actuación del cáñamo y se centran en estimular la producción de serotonina.


Por si fuera poco, en mayo de 1998 apareció en Francia el resultado de un estudio especial sobre los peligros que representan diferentes drogas y estimulantes cuyo uso ha aumentado; dicha investigación fue encargada por el ministro de Sanidad de esta nación europea, Bernard Kouchner, al profesor universitario Bernard Roques, miembro titular de la Academia Francesa de Ciencias, y quien coordinó durante meses a una comisión de 11 miembros y siete asesores externos.


El también llamado Informe Roques llegó a la conclusión de en comparación a otros estimulantes es menor o igualmente nociva, o bien, hay aspectos en que ha sido tradicionalmente condenada, sin que hasta la fecha existan pruebas científicas concluyentes que sustenten dicha acusación:

  • Un estudio realizado en 1997 con 61 mil 171 personas, mostró que el riesgo de mortalidad asociado a esta planta es más débil que el asociado al consumo de tabaco.
  • Las perturbaciones en memoria y coordinación de movimientos es clara cuando los usuarios realizan tareas más o menos complejas; sin embargo, los resultados son contradictorios debido a que hay estudios que demuestran que los grandes consumidores de THC son los menos afectados en este sentido.
  • La marihuana parece no ser un factor de riesgo de accidente automovilístico, al menos no como el alcohol.
  • Esta planta no parece precipitar la aparición de disfunciones mentales ni síndromes amnésicos, ni existe patología mental alguna que se asocie directamente con su consumo excesivo, como ocurre, por ejemplo, con la cocaína y otros estimulantes.
  • En contraposición a investigaciones anteriores, se ha encontrado que la marihuana afecta al sistema inmunológico sólo en dosis extremadamente elevadas, por lo que los resultados reales en un usuario común, simplemente, se desconocen.

Nada está dicho


La comunidad científica todavía no emite veredicto único acerca de las cualidades negativas o positivas de esta planta, y esto se acentúa debido a la existencia de evidencia contradictoria que impide establecer un juicio sólido y claro; además, muchos otros factores, que no son necesariamente de tipo médico, se añaden a la discusión y polarizan todavía más la postura de unos u otros, tales como narcotráfico y discusiones de tipo moral, filosófico y ético.


Hasta la fecha, el indicio que se tiene respecto al futuro de la relación entre el ser humano y la Cannabis sativa es que se podría generalizar un despenalización para estudiar sólo sus propiedades terapéuticas, pues algunas legislaciones, por ejemplo, de Canadá (primera en el mundo) y de entidades de Estados Unidos, han permitido su uso con fines médicos y de investigación.


El consumo abierto de la planta se vislumbra lejano, sobre todo por la falta de estudios precisos que, hay que decirlo, ni siquiera se tienen en mente.


Queda, pues, el tema abierto a debate.


Fuente:
La marihuana. Medicina prohibida de Lester Grinspoon

Etiquetado en Botánica

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post