Los fraudes más audaces de la Historia
Unos se arriesgan a vender un monumento que no les pertenece y otros se autoproclaman caciques de un país que no existe (ver artículo países falsos).
De todas ellas, la que ha tenido más exito fue el país inventado por un aventurero escocés y héroe de la independencia de Sudamérica, Gregor MacGregor en los inicios del Siglo XIX.
Se casó con Josefa Lovera, una prima de Simón Bolívar; éste, por cierto, lo ascendería a general de División y le otorgaría la Orden de los Libertadores en 1816. Regresó a Gran Bretaña en 1822.
MacGregor tejió una historia de mentiras elaboradas, intentando embaucar a las más altas esferas políticas y financieras de Londres con historias de tierras bucólicas y ricas en recursos: el territorio de Poyais, situado en la Costa de Mosquitos, (Nicaragua);un lugar donde solo había habitantes originarios y que se hallaba bajo su comando como "Gregor I", Príncipe Soberano de Poyais. Contó que Poyais tenía una gran capital con castillo, edificio de parlamento, ópera, catedral y puerto moderno, y que en el país había grandes cantidades de oro y tierra muy fértil para nuevos colonos. Increíblemente, nadie dudó de sus aseveraciones. Por una parte en el Reino Unido se sabía muy poco sobre las antiguas colonias ibéricas y por otra, el país buscaba nuevos mercados y terrenos para colonizar
Mac Gregor nombró representantes diplomáticos y recibió miles de libras en inversores a cambio de bonos poyasianos, derechos sobre tierras y nombramientos oficiales de gobierno y comisiones.
A pesar de las acusaciones de fraude, logró hacer lo mismo en París y en Escocia.
La farsa salió a la luz cuando varios barcos cargados de inmigrantes llegaron a Poyais para encontrar una ciénaga fétida y deshabitada en lugar de la floreciente metrópolis de estilo europeo que las guías de viaje y mapas que Mac Gregor les había proporcionado les habían hecho esperar. Cientos murieron de enfermedad. Sorprendentemente, Mac Gregor escapó de la persecución, vivió el resto de sus días en Venezuela y fue honrado con un funeral de estado cuando murió.
Pero éste no ha sido el único caso llamativo:
George C. Parker
Hizo carrera vendiendo sitios turísticos de Nueva York, como él Museo Metropolitano de Arte y la Estatua de la Libertad a visitantes ingenuos. Su favorito era el Puente de Brooklyn, que puso a la venta dos veces por semana durante años antes de que lo condenaran a cadena perpetua en la famosa cárcel de Sing Sing, en 1928.
Víctor Lustig
Es conocido por vender “máquinas de hacer dinero” por las cuales imprimían dos billetes por hoja. También entregó bonos falsos a los bancos. Pero se le conoce sobretodo por ser el hombre que vendió la Torre Eiffel.
Se hizo pasar por el Segundo Director General del Ministerio de Información y Telégrafos para informar a empresarios “selectos” sobre el plan secreto de demolición de la Torre Eiffel.
Convocó una reunión con cinco grandes empresarios, indicándoles de la intención del gobierno de demoler la torre y que quien diera la mejor oferta podría quedarse con ella y negociar con la chatarra.
Fuentes:
http://www.clangregor.org/Poyais/