La Piedra del Destino

Publicado en por Emma Rodriguez

Acerca de su origen predominan la leyenda y el mito, sobre  la verdadera historia.

 

La tradición dice que esta piedra era usada para probar la legitimidad de los futuros Reyes.


Esta piedra ha sido y es objeto de veneración por parte de escoceses e irlandeses y durante más de 4 siglos todos los Reyes de Escocia fueron coronados encima de esta piedra, que acabó siendo La Piedra de Scone o Piedra del Destino, el símbolo más importante de la monarquía escocesa.


Su historia comienza en el año 400 d.C. cuando era utilizada en las ceremonias de coronación de uno de los cinco reinos en que estaba dividida la Irlanda céltica.


Los monarcas debían sentarse sobre la piedra para ser coronados y según la tradición, cuando el rey elegido era el correcto, la piedra “cantaba”.

La tradicción también cuenta que tenía poderes rejuvenecedores para el rey que se sentaba sobre ella, permitiéndole reinar por más tiempo.

 

El mismo San Patricio, patrono y evangelizador de Irlanda, la bendijo para su uso en las coronaciones y se dice que proclamó que “donde estuviera la piedra, la raza de Erc reinará”. De aquí tomó el nombre de la Piedra del Destino.

Erc fue el primer rey de Dal Riata, como una pieza importante de la ceremonia de coronación durante los últimos 1000 años. Ésta simbolizaba la unión del monarca, la tierra y el pueblo.


Tiene una sola inscripción: una cruz latina.

Es de piedra caliza color amarillo pálido (algunos autores dicen que en realidad es caliza roja), pesa unos 152 kilogramos y mide de 66 centímetros de largo, por 28 de ancho y 41,60 de alto.

 

A la muerte de William Wallace, Rober Bruce optó al trono escocés y prometió participar en una cruzada, pero la muerte le impidió llevar a cabo una empresa que debía granjear el apoyo del Papado de Aviñón a la independencia de su país.
Sin embargo, un grupo de hombres que habían luchado con él en la célebre batalla de Bannockburn, viajaron primero a Aviñón y luego a Granada portando su corazón embalsamado para que cumpliera su promesa.
La piedra del destino relata este viaje, con escalas en Brujas, Aviñón y Santiago, hasta al-Andalus, donde 12 escoceses participaron en la batalla de Teba contra los musulmanes.


Edward I de Inglaterra tomó posesión de La Piedra en 1296 y llevada a la Abadía de Westminster en Londres, para emplearla en la coronación de los reyes ingleses, con lo que finalizó una tradición de cuatro siglos.

De allí fue tomada por el “martillo de los escoceses”, tal como era conocido Eduardo I, como botín de guerra y llevada a Londres para ser usada en la coronación de los próximos soberanos ingleses.

El mismo Eduardo I mandó a construir, en 1301,  un trono especialmente diseñado para contener en su parte inferior a la Piedra del Destino. Creía que quien estuviera en posesión de la piedra sería el legítimo soberano de Escocia.


Durante la segunda guerra mundial la piedra fue enterrada bajo suelo de la Abadía, y un mapa indicando el lugar exacto en que fue depositada, fue enviado al Canadá, todo ello como medidas de seguridad.


Un episodio de lo más curioso en la historia de este bloque arenisco tuvo lugar en una fecha reciente, 1950, cuando, coincidiendo con el día de Navidad, cuatro estudiantes escoceses la robaron y emprendieron con ella un viaje hacia Escocia. Para ello tuvieron que arrancarla de la Silla de San Eduardo, lo que provocó que se partiese en dos. Finalmente la abandonaron en la Abadía de Arbroath, ya en territorio escocés, en abril de 1951. Habría que esperar hasta los años noventa para que finalmente fuese devuelta a Escocia de una manera “oficial” y sin extraños avatares de por medio.

La Piedra del Destino permaneció en la Abadía de Westminster (Londres) durante 700 años hasta su histórico retorno a Escocia en 1996, con la condición de que volviera a Londres para su uso en futuras coronaciones, por lo que ahora puede ser vista en el Castillo de Edimburgo, junto con las joyas de la corona escocesa.

La Piedra del Destino era y sigue siendo un símbolo muy valioso para los escoceses.

Fuente:
Guscin, Mark, La Piedra del Destino: historia y leyenda.

Etiquetado en Historia

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