Prisciliano, el hereje gallego
No son pocos los teóricos que piensan que la tumba de Compostela donde actualmente se venera al apóstol Santiago acoge, en realidad, los restos de Prisciliano y dos de sus seguidores.
Y es que Prisciliano tiene una historia paralela a Santiago, al morir decapitados sus restos son trasladados a Hispania, entran en Galicia por el ría Ulloa en un sarcófago de piedra. Además Prisciliano era oriundo de Iria Flavia, en Galicia.
Sus restos se depositan en la necrópolis de Amaea, céltico-romana, en cuyo entorno creció años después una ciudad llamada Compostela.
Todo esto no pasaría de ser una leyenda, una especulación sino fuera por que bajo la catedral de Santiago apareció una necrópolis, de tiempos de Prisciliano, cristiana, que albergaba la tumba de un personaje anterior a Santiago… Además Compostela provendría del latín Compositum que significa “lugar de enterramiento”, justo donde están los restos hallados y no precisamente del Apóstol.
Pero en realidad, muy poco se sabe sobre quién reposa en realidad bajo la catedral de Compostela. Es, quizá, un debate muy interesante para que no se olvide el martirio de Prisciliano, durante muchos siglos tachado de hereje, pero que podemos considerar un auténtico innovador y reformista, víctima de su tiempo.
El Priscilianismo se desarrolló dentro de un contexto histórico de inestabilidad política y social, con un Cristianismo reconocido ya como religión no perseguida y con constantes emperadores y usurpadores en Occidente. En medio de este turbulento ambiente, surge la figura de Prisciliano, teórico de la nueva doctrina, que pronto se ganó enemigos al ponerla en práctica.
Tal vez no fuera el planteamiento de Prisciliano expresar por medio de la ideología religiosa el malestar social de la población campesina, pero muchos de sus seguidores -fundamentalmente después de su muerte- sin duda encontraron en el priscilianismo un vehículo de expresión de su rechazo a una Iglesia secularizada, fácilmente identificable con el Estado que les oprimía.
El Priscilianismo se extendió por la parte más occidental del Imperio, perdurando hasta mediados del s. VI, es decir casi 200 años más después de la muerte de Prisciliano, durante los cuales continuó siendo perseguido por la iglesia.
Finalmente fue acusado de hereje y aunque el pueblo lo nombró Obispo de Ávila para salvarlo, aun así fue excomulgado.
Fué a Roma, tras una larga peregrinación, para tratar su caso con el Papa S. Dámaso y S. Ambrosio, entonces obispo de Milán, pero ninguno le recibe. Prisciliano recurre a las autoridades civiles, sobornando a algunos funcionarios.Finalmente muere en Tréveris en el año 385 condenado por un tribunal civil.
Lo que después se supo, debido a unos manuscritos del propio Prisciliano encontrados en Alemania en 1885, es que él denunciaba la corrupción de los líderes de la iglesia, dada más al vicio que al servicio, lo cual pudo ser la causa de su condena a muerte.
En el año 814, en el monte Libredeón, se encuentra un sepulcro, el obispo Teodomino y el rey de Asturias Alfonso II el Casto determinan que se trata del sepulcro del Apóstol Santiago sin más pruebas que su creencia… Pero sobre todo por saber que podía ser una fuerza cristianizante el decir que se había hallado el cuerpo del Apóstol Santiago y que borraría el culto secreto del priscilianismo que mantenía aún raíces en el siglo IX.
Sospechaban que se trataba del cuerpo de Prisciliano pero era más conveniente decir que se trataba del Apóstol Santiago… y la jugada les salió bien.
Quizás nunca se sepa a ciencia cierta, pero no deja de ser una ironía que Prisciliano siendo “ajusticiado” por hereje su tumba haya sido venerada durante tantos siglos como un icono del cristianismo.
Fuentes:
Artehistoria
laguia2000
Investigación crítica