Los animales en la Guerra

Publicado en por Emma Rodriguez



Utilizar a los animales en las guerras no es cosa nueva, como muchos recordareis los cartagineses ya utilizaron elefantes contra los romanos.

Alejandro Magno los utilizó también para conquistar la India; asimismo fueron utilizados en China, pero hay que reconocer que después de la primera impresión que estos enormes y en algunos casos desconocidos animales causaron, fueron dejados a un lado pues llegaron a ser mas peligrosos para los que los llevaban que para el enemigo.

Los romanos para luchar contra los elefantes, usaron cerdos . Los untaban con brea, aceite o cualquier sustancia inflamable, les prendían fuego y los soltaban contra las líneas enemigas. Al parecer, a los elefantes les horroriza el agudo chillido del cerdo provocando el pánico de los paquidermos y causando estragos entre sus propias líneas.

Los chinos usaron un sistema parecido pero con monos. Los revestían de paja, les untaban de aceite y ardiendo los soltaban en medio de los campamentos enemigos provocando varios incendios y un gran caos.
El primer ministro brahmán Kautilya, del siglo IV, escribe sobre la quema de las defensas en las fortalezas mediante la utilización de monos amaestrados para pasar artefactos incendiarios sobre las fortificaciones.

Los caballos, fueron utilizados durante muchísimos años, como transporte y como fuerza de ataque, quizás se le pueda considerar el mejor y mas valiente “soldado animal” de todos los que participaron en las guerras.

Los perros entrenados para la lucha ya combatieron en tiempos de los romanos y fueron usados también por los españoles en el siglo XV; sirvieron también en muchas otras guerras como exploradores y para detectar municiones en emboscadas en la guerra de Vietnam al igual que lo hicieron en la guerra del Golfo para buscar armas y explosivos.


Los soviéticos crearon perros anti-tanques. A estos animales se les acostumbraba a comer debajo de los tanques y cuando eran llevados al frente, se le ponía una mochila de explosivos sobre su lomo y los lanzaban contra los tanques enemigos. Al meterse debajo de ellos, se accionaba una palanca en la parte superior de la mochila que actuaba de detonador.

A los gatos se les llevaba a las trincheras para que se comieran a los ratones y evitar así enfermedades.

Canarios y ratones eran introducidos en los túneles cavados detrás de las líneas enemigas para detectar gases venenosos.


Las palomas usadas como mensajeras ya en tiempos de los griegos y romanos siguieron haciéndolo mucho después y en la Primera Guerra Mundial equipadas con cámaras quizás fueron los primeros fotógrafos aéreos; en la Segunda Guerra Mundial todavía se usaron como mensajeras cuando no se podía utilizar la radio.

Los nazis, les ataban unas pequeñas cámaras a su cuerpo y mediante ellas obtenían imágenes a lo largo de la Línea Maginot, conjunto de defensas construido por Francia para resistir los posibles ataques alemanes luego de la Primera Guerra Mundial.

El gobierno de Estados Unidos en el año 1941 estableció una subdivisión del cuerpo de comunicaciones llamada Servicio de Palomas del Ejército. Llegaron a emplearse hasta en los submarinos para no revelar su posición; los propios aviones antisubmarinos a veces soltaban palomas que llevaban información para su base.


Los delfines y leones marinos fueron utilizados para localizar minas y para vigilar la aparición de hombres rana.

Hay una historia muy curiosa sobre
Voytek, el oso soldado, que participó en la famosa batalla de Monte Cassino en 1944, uno de los últimos bastiones extraterritoriales de los Nazis.

La 22ª Compañía de Transporte del ejército polaco, se encontraba en las montañas de Hamadan en Irán, cuando parte de la compañía que se encontraba de patrulla se topara con un un osezno cuya madre había sido abatida por cazadores.
Tras una discusión decidirían llevárselo y convertirlo en la mascota de la compañía. Voytek lo llamarían y sería alimentado con leche servida desde una botella de vodka. Prontamente el oso crecería en tamaño, y su carácter amistoso y servicial lo convertiría en la mayor fuente de moral para la compañía.

Su participación sería bajo el rango de Asistente de artillería, y transportaría varias de las municiones pesadas que caerían sobre la fortaleza principal. Servicios que le valdrían un ascenso de rango y una mención en períodicos de todo el mundo.


Hay otros animales que participaron en las guerras pero quizás su cometido es menos conocido:

Tenemos por ejemplo a las luciérnagas, ¿sabíais que fueron utilizadas por los soldados de la Primera Guerra Mundial para poder ver los mapas en las trincheras y así no ser descubiertos por el enemigo si utilizaban una luz más convencional?

Durante la Segunda Guerra Mundial, el proyecto estadounidense X-Ray propuso la sujeción de cargas minúsculas de napalm a millares de murciélagos para liberarlos sobre Japón. El plan se abandonó después de que los murciélagos escaparan y destruyeran un hangar y el coche de un general en Nuevo México... por lo visto no querían colaborar.

Los ingleses crearon lo que se conoce como “La cruz de la victoria para animales”, la medalla Dickin.
Entre 1943 y 1949 se concedieron 54 medallas Dickin: 32 para palomas, 18 para perros, 3 a caballos y 1 para un gato.

Uno de los perros condecorados se llamaba Rob, que realizó más de veinte saltos en paracaídas realizando misiones secretas tras las líneas enemigas en la Segunda Guerra Mundial.
El único gato condecorado se llamaba Simón, era un gato pequeño, blanco y negro, que viajaba a bordo de la fragata real inglesa Amethyst por el río Yangtze, en China.
El barco fue atacado y parte de la tripulación murió y Simón, con cuatro heridas de metralla, quemaduras y un buen susto, continuó cumpliendo con su deber que era deshacerse de las ratas del barco. Simón que vivió toda su vida en el mar, murió cuatro días antes de recibir su medalla.

Pero este uso de los animales en conflictos bélicos no se limita sólo al pasado:

Hace unos años, por ejemplo, la Universidad de Agricultura de Sokoine, en Tanzania, anunció la puesta en marcha de un proyecto pensado para desactivar las millones de minas antipersonales que se encuentran distribuidas por todos los países del mundo con la ayuda de ratas africanas.

En Afganistán llegaron a convertir a un grupo de camellos en kamikazes al enviarlos al frente enemigo cargados de explosivos.

El Pentágono
intenta controlar a los tiburones para usarlos en el seguimiento de barcos. Con implantes en la zona encargada de los estímulos olfativos, han logrado que los tiburones se dirijan a donde ellos indiquen, mediante radio control.

Etiquetado en Historia

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T
No conocía que incluso se habían domesticado leones marinos o delfines, quizá los delfines vale por ese carácter pero un león marino no se como lo hicieron
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