Jerónimo de Ayanz, el genio español

Publicado en por Pepola

http://www.elmanifiesto.com/archivos/ayanz.jpgEntre 1553 y 1613 vivió uno de los personajes sin duda más interesantes y geniales del siglo de Oro. 

Jerónimo de Ayanz nació en 1553, en la localidad Navarra de Guenduláin, en el seno de una familia noble.

Hoy pocos saben quien fue Jerónimo de Ayanz y Beaumont, pero en su época, a caballo entre los siglos XVI y XVII, fue una auténtica celebridad. 

Entre sus muchas invenciones destacan los buzos autónomos o las barcas submarinas, diversas máquinas de vapor, aparatos para destilar el agua del mar o balanzas capaces de pesar la pata de una mosca.

Además de inventor, este polifacético navarro destacó como pintor, músico , empresario, cosmógrafo, geógrafo, conocedor de todo lo referente al arte de la caballería y excelente lidiador de toros, autor de tratados de minería y tecnología, político, aventurero y destacado militar por cuyas hazañas consiguió de Felipe II el hábito de caballero de la Orden de Calatrava de la que llegó a ser comendador, político y hábil negociante... desde luego no tiene nada que envidiarle a Leonardo Da Vinci.

Da Vinci dejó sus proyectos diseñados sobre el papel, mientras que Ayanz además de diseñarlos, los hizo y los demostró. A eso hay que añadirle que el número de inventos del navarro fue superior en cantidad y en importancia a los de Leonardo Da Vinci. Lo más curioso es que todos estos inventos los realizó Ayanz entre los años 1598 y 1602.

La concesión de las patentes (en aquel tiempo) ya exigía demostrar el funcionamiento de las invenciones. Los doctores Juan Arias de Loyola y Julián Ferrofino, dos de los científicos más prestigiosos del Reino, fueron a visitarlo a su casa de la Calle de la Cadena en Valladolid en marzo de 1602. La admiración por lo que vieron en la casa de Ayanz quedó reflejada en el informe que entregaron al Rey. Nunca habían visto nada semejante: balanzas de una precisión increíble, hornos muy variados, máquinas capaces de realizar múltiples operaciones industriales hasta entonces desconocidas.

No solo era un genio sino que también era un hombre muy fuerte.... se dice que era capaz de oradar con su dedo un plato de plata, o de sostener a un caballo mientras era azuzado por su jinete. En una ocasión, arrancó de cuajo el enorme portalón de un convento.

Como militar combatió en Túnez, San Quintín (1557), Flandes, Portugal, las Azores y en La Coruña, entre otros muchos sitios. Hasta llegó a desmantelar un complot francés que tenía como objetivo asesinar en Lisboa a Felipe II, acción que hizo que Lope de Vega le dedicase un poema a Jerónimo de Ayanz.

Desempeñó varios cargos públicos y además en lugares muy variados; regidor de Murcia, Gobernador de Martos, administrador general de las minas del Reino de España desde 1587 por nombramiento de Felipe II (gerente de las 550 minas que había en España y de las que se explotaban en América), diputado del Reino de Navarra en las Cortes de 1628.

En 1597 fue nombrado administrador general de las minas españolas. Fue autor de 48 inventos, reunidos en un privilegio de 1606, con los que pretendía mejorar la economía española del momento.
Entre ellos hay dos ingenios de vapor (1606), destinados a purificar el aire y bombear el agua dentro de las minas ó explotaciones mineras, lo que constituye la primera aplicación conocida del vapor a una actividad industrial, mucho antes que la patente del inglés Thomas Savery (1698). Ayanz también realizó varios prototipos de submarinos y equipos de buceo..

Valladolid, el 2 de agosto de 1602. Felipe III y su corte se han desplazado a orillas del Pisuerga para asistir a un espectáculo sorprendente: un hombre va a sumergirse hasta tres metros de profundidad. El hombre está embutido en una extraña vestimenta. Desaparece bajo el agua. Pasa el tiempo. El rey se inquieta. Durante una hora, los asistentes permanecen con el corazón encogido por la incertidumbre: ¿Habrá muerto? Finalmente, el buzo sale a la superficie.

Acaba de inventarse el primer traje de buzo registrado en España.

Para los barcos que iban a América, ideó un horno con destilador de barro que eliminaba malos sabores al destilar el agua marina para su consumo por los navegantes. Incluía una suspensión cardán (como se llamaría actualmente) para que no se moviera con el vaivén de la nave.

Las demás mejoras se referían a instrumentos de medida (pesos, fuerzas, brújulas), diversos equipamientos (hornos, molinos, bombas, presas), así como nuevos procedimientos para el beneficio de la plata. 

Ayanz también diseñó varios modelos de molinos de viento, llegando a la conclusión que las piedras cónicas y los rodillos metálicos eran óptimos para el proceso; revolucionó los sistemas eólicos, la planificación del regadío, las grandes obras hidráulicas…; inventó los sensores de potencia para el vapor (que no volverían a verse hasta el siglo XVIII) y muchas cosas más.

Jerónimo de Ayanz moría el 23 de marzo de 1613 en Madrid, siendo traslado su cuerpo a Murcia, la ciudad que él había gobernado, en cuya catedral reposan actualmente.

Un auténtico caballero inventor y un genio con mayúsculas.


Fuentes:

"Jerónimo de Ayanz y Beaumont. Un Inventor navarro" de Nicolás García Tapia

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