Algoritmos que toman el control
Un Algoritmo es un conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema.
Son las matemáticas que los ordenadores usan para decidir.
El término algoritmo no está exclusivamente relacionado con la matemática, ciencias de la computación o informática. En realidad, en la vida cotidiana empleamos algoritmos en multitud de ocasiones para resolver diversos problemas.
Algunos ejemplos son el uso de una lavadora (se siguen las instrucciones), pero no la preparación de una comida (porque no están perfectamente definidos los pasos).
están infiltrando en todos los aspectos de nuestras vidas.
Una de sus características principales es que tienen cada vez más autonomía respecto a sus creadores humanos y que toman decisiones que afectan e infuyen en nuestras vidas cotidianas: que libros leemos, que películas hacemos, que compramos y vendemos.Detrás de todo ingenioso servicio web hay un código web: desde mayoristas en línea (que calculan qué libros y películas podríamos estar interesados en comprar) hasta el buscador de amigos Facebook y su servicio para etiquetar imágenes, pasando por los motores de búsqueda que guían nuestros pasos en la web.
Si los algoritmos tuvieran un salón de la fama, la principal estrella sería el buscador Google.
Su famoso código secreto ha lanzado al gigante de los buscadores a su actual posición como una de las compañías más poderosas del mundo.
En los mercados financieros con sus algoritmos que procesan datos para decidir qué comprar y qué vender.
Hasta el 70% de los intercambios de Wall Street son ejecutados por las llamadas black box (cajas negras) o algo-trading (intercambios basados en algoritmos). Esto implica que junto a la bolsa, los bancos y empresas bursátiles emplean a miles de sabios físicos y matemáticos.
Durante el llamado Flash Crash (Desplome Repentino) del 6 de mayo de 2010, una caída de cinco minutos en los mercados generó un momento de caos generalizado. Un operador deshonesto fue acusado de una caída del 10% en el índice Dow Jones, pero en realidad el culpable fue un programa informático que el operador estaba utilizando. En tan solo 20 minutos el algoritmo vendió 75.000 acciones por un valor de 4.300 millones de dólares, haciendo que otros algoritmos lo siguieran... el mercado electrónico exhibió su capacidad de exagerar y acelerar pequeñas variaciones. Nadie ha sido capaz de determinar exactamente qué sucedió, y el mercado se recuperó minutos más tarde. El caos obligó a los reguladores a introducir interruptores para detener la actividad bursátil en caso de que las máquinas comiencen a portarse mal.
Los algoritmos extienden su influencia más allá de las máquinas y se vuelven capaces de transformar el entorno.
La empresa británica Epagogoxi está llevando este concepto hacia su lógica conclusión: utiliza algoritmos para determinar si una película tendrá exito. Toman una serie de variables (el guión, la trama, las estrellas que actúan en ella, la ubicación) y las cruza con datos sobre las ventas de otras películas similares para determinar cuánto dinero generará. En el caso de un proyecto, al que se le había asignado un presupuesto de casi 300 millones de dólares, el algoritmo estimó que sólo recaudaría unos 50 millones, por lo que sencillamente no valía la pena iniciar la producción.
Un ejemplo más lúdico es el de aplicar un algoritmo para resolver un cubo Rubik.
Fuentes:
bbc.co.uk