Hepatitis C, el enemigo silencioso

Publicado en por Emma Rodriguez


La hepatitis C es una enfermedad crónica del hígado causada por el virus de la hepatitis C (HCV).


Salió a la luz hace poco más de 20 años y, desde entonces, se ha revelado como uno de los virus más difíciles.

Antes de 1992, los médicos no podían detectar el virus de la hepatitis C en la sangre, por lo que algunas personas recibieron sangre infectada.

Si te hicieron una transfusión de sangre o un trasplante antes de 1992, pídale a tu médico que te haga la prueba de la hepatitis C.

De acuerdo a datos entregados por la Organización Mundial de la Salud, esta infección afecta a más de 170 millones de personas en todo el mundo.

¡¡Es 5 veces más frecuente que la infección por el virus del SIDA!!

Todo el mundo sabe que es el SIDA y el miedo que dá pero a la luz de la ingente cantidad de enfermos que hay de la Hepatitis C...
Me sorprende lo mal informados que estamos de algunas cosas tan importantes como ésta
y el poco bombo que tienen algunas enfermedades (y surge la eterna pregunta ¿porqué será?...)
 
Actualmente hay en España alrededor de 600.000 personas portadores del virus de la hepatitis C, de los cuales sólo están diagnosticados en torno a 150.000 de ellos, uno de cada cuatro, según el jefe de la Unidad de Aparato Digestivo del Hospital de Alcorcón (Madrid)

¿Qué hace tan especial a este virus?

Más del 90% de los pacientes no tiene síntomas cuando contrae la enfermedad y ésta se suele descubrir de forma casual en un análisis.
Entre un 50-70% de los pacientes infectados desarrolla una hepatitis crónica.
Estos pacientes tienen la enfermedad y además la pueden contagiar a los demás.

El virus se contagia fundamentalmente a través de la sangre, pocas veces por relaciones sexuales y excepcionalmente de madre a hijo. En bastantes ocasiones se desconoce el modo de contagio.

La hepatitis C no se contagia por la leche materna, los abrazos, la tos, estornudos, comida o agua, contacto casual, uso compartido de utensilios de comida o vasos.

En la fase aguda sólo un 5% tiene un cuadro típico de cansancio, falta de apetito, coloración amarillenta de la piel, orinas oscuras, heces de color blanquecino, picores generalizados. Otros pasan la enfermedad como si fuese una gripe o, incluso, sin enterarse.

"El VHC tiene un genoma muy variable y la capacidad de evolucionar con el paso del tiempo para evadir los fármacos y las respuestas del sistema inmune. Además, ha evolucionado con la especie humana durante siglos y se ha diversificado por todo el mundo", escriben los científicos británicos.
El resultado de esta diversificación es la existencia de siete genotipos principales del VHC y de más de 50 subtipos del virus.

Por otro lado, la enorme capacidad del virus para evolucionar y adaptarse a nuevas condiciones convierte el hecho de desarrollar una vacuna eficaz en una empresa más que difícil.


¿Tiene cura?

Actualmente hay algunas terapias que pueden curar esta enfermedad. Sin embargo no son eficaces en todos los pacientes, no están exentas de efectos adversos y además son caras.

Con estos tratamientos se trata de conseguir una "respuesta viral sostenida", que se define como la ausencia de virus detectable por PCR en sangre al fin del tratamiento y luego de 6 meses de terminado el tratamiento. Esta respuesta viral sostenida se puede considerar en términos prácticos como curación de la infección, ya que la recaída luego de de este período es muy cercana a cero.

Existe la creencia generalizada de que esta enfermedad no tiene cura, incluso entre algunos médicos, pero no es así.

Una de cada cinco personas que entran en contacto con el virus es capaz de vencer la enfermedad. Por qué en la mayoría de los afectados se cronifica la hepatitis es una cuestión que hasta ahora no había sido resuelta.

Un estudio, publicado en la revista Science, tomó a 1.037 pacientes que habían tenido contacto con el virus: 685 tenían una infección crónica y 352 se habían curado
.


Un alto porcentaje de pacientes que se recuperan de la infección en forma natural tiene dos genes (uno del padre y otro de la madre) que determinan la presencia de una proteína (KIR2DL3) que sirve para que las defensas del organismo ataquen a las células extrañas. Es decir, las personas que tienen estos genes son capaces de eliminar con más eficacia al virus, impidiendo así la cronificación de la enfermedad.

 

Fuentes:
Diario el mundo
Clarin.com

Etiquetado en Ciencia

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H
En cuanto a lo de la cura que has hablado, si lo diagnosticamos a tiempo se puede conseguir disipar la enfermedad pero si ha estado oculta y luego se ha reproducido puede haberse extendido y entonces sería más complicado... Muy bien explicado
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T
Lo explicaste genial, el enemigo es la enfermedad pero también nosotros si no ponemos las medidas necesarias para evitar el contagio ya se puede conseguir con precaución
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