El dilema del prisionero

Publicado en por Emma Rodriguez

Existe un modelo clásico de Teoría de Juegos que se estudia en todas las escuelas de administración y dirección de empresas, que se ha aplicado a múltiples disciplinas y que se conoce como el "dilema del prisionero"

La verdad es que es un tema que me resulta interesante porque supone la modelización matemática de algo que parece bastante... "inmodelizable", como es el comportamiento humano aplicado a los enfrentamientos.

Pero además se puede aplicar a muchas otras cosas más allá del comportamiento de seres humanos individuales, paises, organizaciones, economía, ciencia política y sociología, además de ciencias biológicas como etología y biología evolutiva.

¿En qué consiste el juego?

La policía detiene a dos sospechosos de un atraco. Al no tener suficientes pruebas para condenarlos, separan a los dos y les proponen el mismo trato:
  • Si uno se convierte en delator y el otro no confiesa nada, el que no diga nada será condenado a 30 años y el que confiese será absuelto.
  • Si los dos callan, se les condena a seis meses a cada uno por cargos menores.
  • Si los dos confiesan, se les sentenciará a 10 años a cada uno.
Se parte del principio de que los dos sospechosos son completamente egoístas y sólo desean reducir al máximo su condena.
Cada uno tiene dos opciones:

-cooperar con su cómplice y callar, o
-traicionar a su cómplice y confesar.

El resultado de cada opción depende a su vez de la del otro sospechoso.
Sin embargo, ninguno de los dos conoce la decisión de su cómplice. Aunque pudieran hablar, no podrían confiar el uno en el otro.


Estadísticamente, la confesión es la estrategia dominante para ambos jugadores (prisioneros en este caso). La ironía radica en que los dos deciden confesar y someterse a diez años cada uno, aunque podrían haber cooperado, pasando sólo un año entre los dos. Por tanto en el "dilema del prisionero" la búsqueda del máximo beneficio a toda costa lleva a renunciar al beneficio mutuo de la opción cooperadora.

El "dilema del prisionero" representa un modelo competitivo y egoísta que podemos observar cada día en nuestra sociedad: los problemas actuales de contaminación, el agotamiento de las reservas de combustibles, la deforestación, el uso de los medios de transporte privado colapsando las vías de comunicación, etc.
Es un sistema que pretende ganar deprisa, sin pensar en el mañana.

Ejemplos en la vida real

-En ciencia política, por ejemplo, el escenario del dilema del prisionero se usa a menudo para ilustrar el problema de dos estados involucrados en una carrera armamentística. Ambos razonarán que tienen dos opciones: o incrementar el gasto militar, o llegar a un acuerdo para reducir su armamento. Ninguno de los dos estados puede estar seguro de que el otro acatará el acuerdo;
de este modo, ambos se inclinarán hacia la expansión militar.
La ironía está en que ambos estados parecen actuar racionalmente, pero el resultado es completamente irracional.

-Los pájaros que se limpian mutuamente el plumaje para liberarse de los ácaros, están jugando repetidamente el dilema del prisionero.
Para un pájaro es importante eliminar sus ácaros, pero no puede alcanzar la parte superior de su propia cabeza y necesita un compañero que lo haga por él. Pero este servicio le cuesta tiempo y energía. Si uno consigue lo mismo con engaños, deshacerse de los ácaros pero negándose a la reciprocidad, obtendrá todos los beneficios sin pagar ningún coste.

Está bien cooperar (quitarse mutuamente los ácaros), pero existe la tentación de negarse a la reciprocidad.
La deserción mutua (la negativa a desparasitarse entre los dos) está mal, pero peor es quitarle los ácaros al otro y quedarse con los suyos.

-Otro interesante ejemplo tiene que ver con un concepto conocido de las carreras en ciclismo, por ejemplo el Tour de Francia.
Considérense dos ciclistas a mitad de carrera, con el pelotón a gran distancia. Los dos ciclistas trabajan a menudo conjuntamente (cooperación mutua) compartiendo la pesada carga de la posición delantera, donde no se pueden refugiar del viento. Si ninguno de los ciclistas hace un esfuerzo para permanecer delante, el pelotón les alcanzará rápidamente (deserción mutua). Un ejemplo visto a menudo es que un sólo ciclista haga todo el trabajo (coopere), manteniendo a ambos lejos del pelotón. Al final, esto llevará probablemente a una victoria del segundo ciclista (desertor) que ha tenido una carrera fácil en la estela del primer corredor.

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La banca también se enfrenta hoy a su propio dilema del prisionero: abrir o no abrir el grifo del crédito. Saben que existe un riesgo real de colapso económico, que si bloquean en exceso el acceso a los créditos, la economía puede paralizarse. Y que si eso sucede, ellos también saldrán condenados: les caerán sus buenos años de recesión. Si toda la banca colaborase entre sí y ayudase a las empresas con el crédito, la crisis sería más corta.
Pero en el mundo financiero, como en el dilema del prisionero, cada banco se mueve según su propio interés egoísta. Si sólo un banco abre la mano, mientras el resto ejerce de chivato tacaño, el valiente puede acabar en la quiebra, por generoso.


La conclusión teórica del dilema del prisionero es una razón por la cual, en muchos países, se prohíben los acuerdos judiciales.

A menudo, se aplica precisamente el escenario del dilema del prisionero: está en el interés de ambos sospechosos el confesar y testificar contra el otro prisionero/sospechoso, incluso si ambos son inocentes del supuesto crimen.
Se puede decir que, el peor caso se da cuando sólo uno de ellos es culpable: no es probable que el inocente confiese, mientras que el culpable tenderá a confesar y testificar contra el inocente.

Fuentes:
Poundstone, William. El dilema del prisionero
http://www.iescarrus.com/edumat/ficheros/pdf/taller/dilema.pdf

Etiquetado en Psicología

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